Al ver que su mujer no le abría grito:
-¡Abre pues la puerta cabrona ramera!... ¡Soy tu marido!... ¡Abre a ver cabrona ramera!.
En eso abre la mujer y le contesta:
-¡Borracho descarado!... ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo?... ¡Mi nombre es Ramona Cabrera!