Un misionero se pierde en la selva con nada
más que su guitarra, y pronto se ve rodeado de cientos de hambrientos leones.
Y justo cuando todos están a punto de atacarlo, recuerda que la música calma a las bestias, entonces toca la guitarra y de repente todos se calman...
Cuando de pronto uno de ellos se abalanza sobre él y lo rasguña, lo muerde y eructa sus huesos.
Entonces uno de los leones dice:
-¡Otra vez invitaron al sordo!
Y justo cuando todos están a punto de atacarlo, recuerda que la música calma a las bestias, entonces toca la guitarra y de repente todos se calman...
Cuando de pronto uno de ellos se abalanza sobre él y lo rasguña, lo muerde y eructa sus huesos.
Entonces uno de los leones dice:
-¡Otra vez invitaron al sordo!